El Día de los Muertos
El Día de los Muertos
Estos días se ha conmemorado el “Día de los Muertos”. Para muchos, es solamente un día festivo enmarcado de tonos gris a razón de la pérdida inimaginable de una vida (de un familiar, de un amigo, de un compañero de grupo, de trabajo, de equipo, de un vecino… simplemente de alguien que tenía y sigue teniendo un nombre), y que deja un vacío inmenso y eterno en el corazón de las personas que lo recuerdan con cariño y lo extrañan con profunda amistad. Solamos comprar flores y arreglar las tumbas, vestimos prendas más oscuras y nos dirigimos con austeridad a los cementerios para honrar el alma de quien ya no está en persona en nuestras vidas. Ese retrato desgraciado y doloroso se centra en la Muerte, en el temible final de una Vida llena de vivencias, de experiencias, de sentimientos, de aventuras, de logros, de éxitos, de barreras, de dificultades, de obstáculos, de dolores, de SUPERVIVENCIA. La vida es una mezcla interesante de colores oscuros y luminosos que trazan nuestro propio crecimiento personal, emocional, psíquico y espiritual.
Afortunadamente, hay culturas que tienen una perspectiva más positiva de este día, centrándose en la VIDA y no en la muerte. Nos enseñan, de hecho, a valorar la vida… las huellas que nos dejaron las personas que siguen en nuestra vida de una forma distinta. Para los mexicanos, el Día de los Muertos es una tradición celebrada el 1 y 2 de noviembre en la que se honra a los muertos. Se originó como un sincretismo entre las celebraciones católicas (especialmente el Día de los Fieles Difuntos y de Todos los Santos), así como las diversas costumbres indígenas. Hay altares con flores, comidas, fotografías, llenos de colores vivos para saludar a las personas que ya no están físicamente y recibirlas con festividad. Es una FIESTA en la que se celebra la VIDA y se cree recibir de forma espiritual los difuntos que se juntan a los vivos para bailar y enaltecer el dono de la VIDA.
Teniendo en cuenta el carácter finito de nuestra condición física, que cada día sepamos dar gracias por el don maravilloso de la VIDA. VIVAN felices y hagan de vuestra VIDA un viaje inolvidable.
Professora Cristina Leitão